D.O.P. Mejillón de Galicia

El Mejillón de Galicia se cultiva en las Rías Gallegas. La mitilicultura o cultivo del mejillón se empieza a desarrollar en Galicia en 1945 gracias al ímpetu y perseverancia de un empresario vilagarciano que primeramente había probado con estacas sin obtener frutos y ya sin muchas expectativas instaló una batea en la Ría de Arosa en frente a Vilagarcía con la que sí consiguió los resultados esperados. En los años siguientes se instalaron más bateas en esa ría y posteriormente en el resto de Rías Gallegas, Vigo, Pontevedra, Muros-Noia y Ares-Sada.

Las aguas de las Rías Gallegas son de una enorme riqueza en fitoplancton, el alimento del mejillón. Así lo constata la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) que considera las Rías Gallegas como uno de los depósitos de fitoplancton más importantes en todo el planeta. Sus especiales condiciones, la temperatura de sus aguas y la elevada producción primaria, hacen de ellas un paraje inmejorable para el desarrollo de los mariscos.

El medio de cultivo es la batea. Una batea es una plataforma de madera de la que se cuelgan las cuerdas con los mejillones para que crezcan y engorden.

El cultivo es totalmente natural pues no se le incorpora al medio nada ajeno al mismo, como vacunas, piensos o fármacos,…

Al ser respetuoso con el medio ambiente podemos incluso decir que genera beneficios ecosistémicos por lo que se enmarca dentro del concepto desarrollo regenerativo (mejora del medio), yendo más allá que la sostenibilidad (protección del medio).

Esa riqueza en fitoplancton unida al buen hacer de las personas que lo trabajan permite conseguir un producto de altísima calidad único en el mundo, con su sabor y aroma a mar, a nuestro mar y la textura que lo caracteriza. Es un cultivo con capacidad para garantizar la soberanía alimentaria. Además, en torno a él se ha generado un sector de enorme relevancia socioeconómica en Galicia.